La oración pronunciada por Jesús

ABUNA DI BISHEMAYA
Padre nuestro que estás en el cielo,
ITQADDASH SHEMAK,
santificado sea tu nombre,
TETE MALKUTAK
venga a nosotros tu reino,
TIT'ABED RE'UTAK
hágase tu voluntad
KEDI BI SHEMAYA KAN BA AR'A
en la tierra como en el cielo.
LAJMANA HAB LANA SEKOM YOM BEYOMA
Danos hoy nuestro pan de cada día,
U SHEBOK LANA JOBEINA
perdona nuestras ofensas
KEDI AF ANAJNA SHEBAKNA LEJEIBINA
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
WEAL TA'ALNA LENISION,
no nos dejes caer en la tentación
ELA PESHINA MIN BISHA.
y líbranos del mal.
Como se enseÑa en la Filocalia, adecuando la oración al ritmo respiratorio, el espíritu se calma, encuentra el «reposo» (hesychia, en griego). El espíritu se libera de la agitación del mundo exterior, abandona la multiplicidad y la dispersión, se purifica del movimiento desordenado de los pensamientos, de las imágenes, de las representaciones, de las ideas. Se interioriza y se unifica al mismo tiempo que ora con el cuerpo y se encarna. En la profundidad del corazón, el espíritu y el cuerpo reencuentran su unidad original, el ser humano recobra su «simplicidad».
Adriana Paoletta
Filocalia : es uno de los clásicos más profundos y prestigiosos de la literatura y de la espiritualidad del mundo greco-oriental y eslavo-ortodoxo. El influjo que estos escritos han ejercido en el cristianismo oriental puede ser equiparado al de las Confesiones de san Agustín y la Imitación de Cristo en Occidente.
Comentarios
(cortesía de http://www.proel.org/alfabetos/arameo.html)
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