Fitoterapia inmunoestimulante.UÑA DE GATO (Uncaria tomentosa).


 La naturaleza tiene en sí, todo lo que necesitamos para sanarnos. Aquí les comparto una bella especie de uña de gato, sembrada en nuestro refugio, El Dorado, con propiedades potenciadoras del sistema inmune.



Arbusto de la familia de las rubiáceas que puede medir hasta 30 metros y formar
enredaderas al trepar a los árboles entre los que crece en la Amazonía peruana y otras selvas del centro y sur de América. El nombre de uña de gato se debe a las espinas de los tallos, ganchudas y leñosas, dirigidas hacia abajo y no retorcidas, de hasta 2 cm. de largo.

En su composición hay alcaloides oxindólicos, heterósidos del ácido quinóvico, triterpenos, esteroles, ácidos ursólico y oleanólico, polifenoles y proantocianidinas.
Según el Vademécum de Fitoterapia, probada acción inmunoestimulante, antiinflamatoria y antiviral, demostrada efectividad sobre el dolor en artritis reumatoide, estimula la fagocitosis, protege del daño neuronal y beneficia la memoria deteriorada por disfunción de los sistemas colinérgicos, estimula la reparación de DNA, la respuesta mitogénica y la recuperación leucocitaria tras quimioterapia, en estudio su posible efecto antiproliferativo en el cáncer de mama.

Indicada en procesos inflamatorios osteoarticulares, coadyuva en tratamiento quimioterápico, depresión inmunológica e infecciones recurrentes.
La Dra. Lida Obregón Vilches indica que es una planta cálida dentro del concepto térmico frío/calor de la Medicina Tradicional Peruana, que utiliza la corteza, raíces y hojas de uña de gato, sola o combinada con otras plantas como sangre de drago, en diversos procesos inflamatorios (artritis, gastritis, inflamaciones dérmicas y en vías génito-urinarias), asma y alergia, úlcera gástrica, diabetes, tumores, enfermedades degenerativas como cáncer del tracto genital femenino, broncopulmonar, gástrico, etc., procesos virales, irregularidades del ciclo menstrual, convalecencia y debilidad general, gonorrea y disentería. En uso externo se utiliza el macerado en alcohol de la planta en frotaciones y cataplasmas para tratar artritis, enfriamientos y contusiones.
Atribuída la existencia de diversas patologías tumorales, entre otras causas, a la acción mutagénica del oxígeno activo y los radicales libres, a los que se relaciona con procesos cancerígenos y con el proceso de envejecimiento, constituye un vasto campo de investigación científica la presencia de antioxidantes, y sus mecanismos de acción, en alimentos, frutas, hierbas, hortalizas, etc.
Estos antioxidantes naturales reducen o eliminan directa o indirectamente el efecto mutagénico de muchas sustancias químicas. Diversas investigaciones han determinado la actividad antimutagénica de Uncaria tomentosa, que podría deberse a un efecto antioxidante.
Lida Obregón concluye que es evidente la acción antiinflamatoria, inmunoestimulante y antimutagénica de uña de gato.

Alexis Rosell afirma que es una planta conocida desde hace siglos por las comunidades indígenas peruanas, pueblos precolombinos entre los que se consideraba la uña de gato una planta mágica y saludable, utilizada actualmente por los campesinos para curar tumores, indisposiciones digestivas, infecciones, artritis y alergias.

Resume que Uncaria tomentosa es inmunoestimulante útil en:

cáncer, sida, candidiasis, herpes y sarcoma de Kaposi, antiinflamatoria útil en artritis reumatoide, artritis diversas, bursitis, reuma, lupus y fibromialgia, antirradicales libres eficaz en procesos inflamatorios, cancerosos, febriles y exposición a radiaciones ionizantes, antimutágena y citostática (evita las metástasis), antiviral útil contra herpes genital y zóster, resfriado común, sinusitis, otitis, virus de estomatitis vesicular y conjuntivitis, desintoxicante y resolutiva del tracto digestivo útil en enfermedad de Crohn, diverticulitis, colitis, hemorroides, fístulas, gastritis, úlceras y parásitos intestinales, alteraciones de flora intestinal y goteo anal, antialérgica en neurobronquitis y lupus, desintoxicante de toxinas ambientales eficaz en fatiga crónica, depresión orgánica y contra acné, anafrodisiaco masculino útil en prostatitis y reguladora del ciclo menstrual femenino útil en dismenorrea, antiagregante plaquetario, hipotensora y diurética, protectora de eritrocitos frente a tóxicos.
Su eficacia se inactiva al tomar antiácidos o bloqueadores de los hidrogeniones.

Para José Carlos Quintela y Olga Lock, en cuya opinión radicales libres y estrés oxidativo están implicados en el desarrollo de artritis y otros procesos inflamatorios crónicos: "La uña de gato es un antioxidante efectivo que protege a las células contra el estrés oxidativo, degrada directamente el peroxinitrito, un potente oxidante celular implicado como mediador en diversos procesos inflamatorios, neutraliza el efecto citotóxico de radicales libres, y ejerce una acción protectora contra la muerte celular inducida por radiaciones ultravioleta.

Inhibe la expresión de determinados genes proinflamatorios y previene daños gastrointestinales como gastritis aguda o enteritis crónica producidos por la administración de dosis altas de aines (anti inflamatorios no esteroideos), por lo que puede coadyuvar en artritis y otros desórdenes inflamatorios". Incrementa además la fagocitosis de granulocitos y la proliferación de linfocitos B y T, inhibe la proliferación de linfoblastos B y T, y estimula la producción de interleucinas en macrófagos alveolares, iniciando las actividades defensivas del sistema inmune:
"Los resultados obtenidos (en diversos estudios e investigaciones) sugieren que la uña de gato posee una potente actividad inmunoestimulante". Tiene actividad antiviral y antimutagénica: "Es capaz de inhibir la proliferación de células tumorales in vitro, y en animales incrementa la reparación de ADN en rupturas inducidas por radiación".
Josep Lluis Berdonces se refiere al uso de uña de gato como antitumoral e inhibidor de las enfermedades degenerativas e infecciosas, con propiedades antioxidantes y efecto antiviral, antitumoral y antiinflamatorio, útil en artritis, y artrosis y para reducir los efectos secundarios asociados al uso de quimioterapia.

Arthur Roberts y Mary O'Brien señalan los usos comunes de uña de gato: reforzar el
sistema inmunitario para luchar contra infecciones, cáncer, VIH y alergias, aliviar síntomas gastrointestinales de úlceras, gastritis y hemorroides, curar heridas cutáneas. Consideran que refuerza la actividad del sistema inmunitario, con potente efecto sobre fagocitosis, proceso en el que ciertos leucocitos engullen y destruyen partículas externas, lo que respaldaría el uso de uña de gato para tratar infecciones bacterianas y víricas y prevenir o retardar la progresión del cáncer, y concluyen: "En cáncer o sida, la uña de gato debe considerarse un tratamiento de apoyo".

Javier Moscardó subraya la utilización tradicional de uña de gato en uso interno para
curar los riñones, acelerar la recuperación postparto, como antiinflamatorio y para resolver tumores, y en uso externo para acelerar la curación de heridas. Sostiene que gran número de investigaciones científicas demuestran su eficacia en afecciones reumáticas, que mejora los resultados de la quimio y radioterapia, su actividad frente a diversos virus, así como la actividad antitumoral y antiinflamatoria de uña de gato, inmunoestimulante que incrementa los granulocitos y macrófagos, induce un aumento de la fagocitosis y tiene efectos beneficiosos sobre personas con cáncer pues inhibe la implantación, crecimiento y proliferación de células neoplásicas. Indicada también en alergias, gastritis y úlcera gastroduodenal, se aconseja no tomar uña de gato tras un trasplante, bajo una terapia inmunosupresora, y embarazadas o mujeres que quieran estarlo.

OTRAS APORTACIONES PREVENTIVAS

Los doctores Michael Murray, Tim Birdsall, Joseph E. Pizzorno y Paul Reilly opinan que, a pesar de dedicar muchos recursos a la batalla contra el cáncer, la medicina ha fracasado:
"Una de las razones principales es que la medicina convencional ha ignorado desde hace mucho tiempo el mayor agente sanador de todos: la naturaleza".

Los remedios naturales, afirman, pueden reducir el riesgo de contraer cáncer, cambiar el entorno interno para impedir la formación cancerígena, mejorar la desintoxicación de las sustancias químicas antes de que puedan hacer daño, reforzar el sistema inmunológico y reducir o eliminar efectos secundarios de la quimioterapia como desnutrición y desgaste de los tejidos, detener el desarrollo del cáncer y ayudar a eliminar de forma selectiva las células tumorales, reducir el riesgo de tumores recurrentes e incrementar las posibilidades de una recuperación parcial o completa.

Aproximadamente el 85% de todos los casos de cáncer se debe a factores de riesgo ambientales como dieta, estilo de vida y exposición a sustancias nocivas, y los factores de riesgo heredados o genéticos son responsables como máximo de un 15% de los cánceres.

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