Regresando
Ya estoy de regreso en la ciudad. El mar y el bosque renovaron mi energía vital, para poder trabajar y sanar desde el centro de mi corazón energético. Estar todo el tiempo con mi familia, ver crecer a mis hijos en la naturaleza, nos fortalece para el resto del año. Ese sol y ese mar nos cargan de prana para poder crear defensas frente a los problemas que se presentarán ,como señal de la impermanencia del equilibrio que debemos buscar y reencontrar a cada paso.
Fue un tiempo de retiro, para mirar dentro y fuera de mí. Desde ver crecer la huerta, las flores y los brotes, hasta compartir todos los días una deliciosa comida en familia precedida por la bendición de los alimentos ,que es hoy un instante sagrado en nuestra vida. Lo sagrado nos unió de la manera más alegre y profunda.
Siento, a medida que maduro, que la profundidad de los vínculos se vuelve raíz ,nutriendo el palpitar de mi vida interior. Busco la simpleza a cada paso , el amor cotidiano en actos de entrega y celebración.
Un beso, un desayuno humeante, una charla graciosa, caminar de la mano, jugar en el agua, pasear sin saber el rumbo, mirar en silencio el cielo, compartir un diálogo desde el alma.
Instantes que formarán nuestra memoria. Instantes que serán la huella de tu alma trazada en la arena.
Y si alguien descubre en tus pasos un atisbo de felicidad , podrá seguir esa estela de luz como un destello que abrigue el corazón anhelante.
Instantes que pasarán , como nubes en el cielo de tu mente.
Adriana Paoletta
Fue un tiempo de retiro, para mirar dentro y fuera de mí. Desde ver crecer la huerta, las flores y los brotes, hasta compartir todos los días una deliciosa comida en familia precedida por la bendición de los alimentos ,que es hoy un instante sagrado en nuestra vida. Lo sagrado nos unió de la manera más alegre y profunda.
Siento, a medida que maduro, que la profundidad de los vínculos se vuelve raíz ,nutriendo el palpitar de mi vida interior. Busco la simpleza a cada paso , el amor cotidiano en actos de entrega y celebración.
Un beso, un desayuno humeante, una charla graciosa, caminar de la mano, jugar en el agua, pasear sin saber el rumbo, mirar en silencio el cielo, compartir un diálogo desde el alma.
Instantes que formarán nuestra memoria. Instantes que serán la huella de tu alma trazada en la arena.
Y si alguien descubre en tus pasos un atisbo de felicidad , podrá seguir esa estela de luz como un destello que abrigue el corazón anhelante.
Instantes que pasarán , como nubes en el cielo de tu mente.
Adriana Paoletta
Comentarios
Nos vemos muy pronto !!! Tami
Un abrazo (sin vacaciones)
Gra
Un beso a Gus
debo decirte que me dió mucha risa la nota que escribiste en tu blog , es absolutamente cierta!!!!
un abrazo y gracias por visitarme
adriana
Gracias por tu presencia fiel
Que buena esa reconexión, que paz, se te puede sentir.
Un abrazo gigante de luz, Mirta
beso grande
lu