Náufragos entre la personalidad y la esencia
Sólo podemos iniciar el camino espiritual, cuando la personalidad se ha quebrado por algún lado. Una grieta en el control de los hechos de la vida, como un duelo, un quiebre económico, una separación, una enfermedad , sensación de vacío teniéndolo todo y diversas formas de colapso en nuestro sistema de creencias ,harán emerger en nosotros un nuevo nivel de conciencia: el ser espiritual.
En aquel momento nuestra personalidad ( construcción del ego) se expresará en una lucha de subpersonalidades que mantenían ensamblada a nuestra personalidad. De hecho el ego es la sumatoria de todas estas subpersonalidades que mantienen bajo control la construcción esmerada de la personalidad y que constituye la suma de nuestros condicionamientos a nivel del comportamiento ,emocional y cognitivo.
En el estado "no luminado de la existencia" nos vemos dirigidos por esta mitad de nuestro yo ,obligándonos a perder la otra parte de nosotros mismos. Allí se produce la "pérdida del ser" o ausencia de esencia, que causa un gran dolor y sufrimiento. A veces anestesiamos este dolor existencial con sustitutos de unidad, con placeres sensoriales como el sexo, la comida, las drogas, que crean una falsa percepción de unidad que hemos perdido en la contrucción de un yo fuerte y separado , en la que me fundo con un objeto externo para recuperar esa unidad original.
La ilusión de poder o su opuesto , la carencia de autoestima ,son la expresión polarizada de la "ilusión óptica" a la que somos sometidos bajo el dominio de la personalidad. El dolor por la pérdida del ser , esa mitad olvidada, podrá impulsarnos hacia el autodesarrollo, la autotrascendencia y alcanzar la realización de la iluminación de nuestro Ser interno, aquel que mora en el silencio. Al sentir la vida incompleta, el sufrimiento adoptará diferentes disfrazes. Bajo la ansiedad, el miedo, la onmipotencia, la tristeza, la queja ,se esconden el hambre y la sed por satisfacer esa mitad vacía y anhelante de alimento.
Mientras que la parte perdida o esencia, no se descubra o desentierre y se integre de nuevo a la vida, no habrá descanso o fin a esta lucha interior.Atrapados en estos patrones tan enraizados de la personalidad , carecemos de libertad interior y no podremos contactar con la esencia, sino que flotaremos sobre la superficie del océamo de la vida, esperando el rescate.
En este punto se iniciará la vuelta a casa, de la mano de alguien que conoce el camino de vuelta hacia la unidad perdida. Pero ese viaje de vuelta será tan largo y sinuoso que deberás estar cada vez más alerta para observar con claridad si la ruta es la correcta y si quien te acompaña de regreso hacia tu hogar, realmente sabe hacia dónde quieres ir.
Adriana Paoletta
Comentarios