La Meditación y la Renuncia.


Es importante comprender lo que significa la renuncia porque ésta en realidad constituye la escencia misma de la práctica de la meditación.
No debemos confundir renuncia con represión o con evasión..La renuncia no supone que debamos eludir o negar la presencia de algo y tampoco implica que tengamos que establecer ningún tipo de valoración ni de rechazo hacia determinados aspectos de nuestra experiencia..
Cuando intentamos reprimir o evitar ciertos aspectos de nosotros mismos la ignorancia sobre lo que realmente esta ocurriendo solo nos aportará más tensión o sufrimiento.
El auténtico objetivo de la renuncia es el de permitirnos permanecer abiertos a todo lo que ocurre manteniendo al mismo tiempo la discriminación necesaria como para no alienarnos ni perdernos en ello.
La sabiduría y la conciencia nos permiten comprender cuales son las actividades correctas que fomentan nuestra felicidad y aumentan nuestra compresión y cuáles por el contrario son aquellas que sólo nos reportan mas conflicto y sufrimiento.
La renuncia es un antídoto contra la tendencia adictiva de la mente, es que cuando algo nos da placer nos identificamos con ello y cuando nos falta nos embarcamos en una desesperada carrera para recuperarlo o tratamos de encontrar una fuente alternativa de satisfacción momentánea..
Así pues tendemos una mano para aferrarnos a un nuevo objeto de placer y luego tendemos la otra...hasta acabar finalmente atrapados en nuestra identificación y en el estado de deseo que se genera en nuestra mente, logrando de esta forma terminar irreversiblemente cautivos de nuestro propio deseo.


La renuncia hace posible en este sentido que recuperemos la capacidad de relacionarnos con el deseo de una forma mucho mas libre porque nos ayuda a dar un paso atrás que permite que los deseos aparezcan y se desvanezcan sin experimentar la necesidad compulsiva de tener que satisfascerlos.
Pero además de renuncia a aquellas acciones que no resultan útiles ni saludables , también debemos ejercitar la renuncia para no identificarnos con nuestros temores y nuestras inhibiciones.La renuncia no tiene nada que ver con la represión ni con el rechazo sino que es el simple corolario de nuestra comprensión de lo que es lo adecuado y lo que no lo es y de la acción consecuente que trata de que nuestros actos, nuestras palabras y nuestros pensamientos sean congruentes con esa comprensión.
En este sentido la renuncia también constituye una forma de conservar nuestra energía. La práctica de la meditación proporciona una gran cantidad de energía a nuestro cuerpo a nuestras emociones y a nuestro pensamiento . El poder de la renuncia puede enseñarnos que en lugar de dejar que todo pensamiento o sentimiento que atraviesa nuestra mente se convierta en la causa de una acción disipando nuestra energía es posible tornarse consciente de lo que esta ocurriendo y abrir un espacio a la sabiduría que nos permita reflexionar , controlar nuestra mente y asimilar el monto creciente de energía que se despierta. Con esa energía podemos generar el poder necesario como para abrirnos y penetrar en los niveles mas profundos de la mente.
Existe un tercer aspecto que puede cambiar profundamente nuestra comprensión. La renuncia no sólo tiene que ver con el abandono de las acciones insanas y con la acumulación y vació de la energía sino que constituye en si misma el fundamento que nos permite ver con mayor claridad la naturaleza impermanente e insubstancial de la realidad. Cuando estamos buscando constantemente objetos sensoriales cuando expresamos todo impulso energético y cuando nos identificamos con todo pensamiento o sentimiento, solidificamos nuestra visión del mundo y acabamos presos de una rígida sensación de identidad.
Si no adiestramos a nuestra mente pasaremos la mayor parte de la vida sumidos entre pensamientos que acaban haciéndonos confundir la realidad.. Ej la idea que tenemos sobre determinada persona o cosa no es la persona o cosa sino un pensamiento sobre ellas.
Si nos observamos con atención podremos vernos arrastrados por el torbellino de nuestras emociones y pensamientos y viendo como nuestra mente y nuestro cuerpo quedan como tierra arrasada . Lo claro de ésto es que si nos identificamos completamente con nuestros pensamientos y emociones no dispondremos del espacio mental necesario como para tomar conciencia de lo que realmente está ocurriendo.
La meditación y el renunciamiento como parte de ella nos permitirá desidentificarnos de nuestros pensamientos y de nuestras proyecciones sobre la realidad para comenzar a percibir lo que realmente SUCEDE.

Ver cada uno de estos acontecimientos mentales nos permite desarrollar una mente que no se sienta compulsivamente arrastrada por los deseos ni por las ilusiones del yo..La renuncia abre un espacio mental en el que resulta posible tomar conciencia de la vacuidad y la impermanencia de los fenómenos.
Estamos tan condicionados a desear mas a creer que seremos más felices cuanto mas dinero,más propiedades,mas honores o mas poder acopiemos que acabamos sepultandonos a nosotros mismos bajo todas estas posesiones materiales y psicológicas..
La lógica de la mente que desea es que el cumplimiento de nuestros deseos nos proporcionará la felicidad pero,apenas nos detengamos a estudiar la situación sólo termina conduciéndonos a aumentar la ansiedad y la frustración
El problema no sólo radica en que rara vez logramos satisfascer nuestros deseos sino en que una vez satisfechos, seguimos queriendo más.

Cuántos hermosos sonidos ,cuántos sabores deliciosos,cuántas sensaciones maravillosas ,cuántos pensamientos estimulantes y cuántos sentimientos placenteros hemos experimentado a lo largo de nuestra vida?
Ciertamente son incontables ,demasiados para poder recordar a todos.Pero lo cierto es que no han terminado saciando nuestro deseo.Aparece un deseo y cuando los satisfascemos experimentamos cierto placer pero,al cabo de poco tiempo ,cambian nuevamente las condiciones,el placer mengua o desaparece ,volvemos a sentir la "carencia",volvemos a sentirnos ansiosos y aparece de nuevo el deseo.
Ante esta frustración que significa querer alcanzar una y otra vez la plenitud en el exterior, la opción de aprender a renunciar a aquello que nunca formará parte de nuestra escencia es comenzar a recorrer el camino de la sabiduría.

Foto: Daniel Ferro.

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