La búsqueda de la salud.


Esta es la meta más importante de nuestra vida, aunque a veces no nos demos cuenta. Atrapados en mensajes contradictorios de los medios de comunicación en donde una pseudo juventud creada por cirugías, sobreentrenamiento para personas que no son deportistas, elixires costosos para retardar el proceso de envejecimiento y otras tantas propuestas comerciales , no alcanzan a educar a las personas para mejorar su estado "real de salud".
Hace 22 años, con tan sólo 18, me acerqué a la práctica de yoga junto a mi marido. Dos veces por la mañana entrabamos en una casa con un hermoso estanque de agua con peces y flores acuáticas, esperábamos bajo el sol de la mañana, nuestra clase de ejercicios. El sentimiento de armonía y bienestar que me aportaba esa experiencia, me ayudó a corregir muchos trastornos que ya asomaban en esa época: dolores intensos de columna, gripes reiteradas, ataques de pánico y ansiedad. Practicar yoga fue la prescripción de mi traumatólogo ,con lo cual me ayudó a elegir algo para hacer con mi cuerpo. Mi marido me vió tan entusiasmada, que me animó a estudiar el profesorado en la Universidad del Salvador. Y así, mientras cursaba la carrera de Letras, pude vencer mi estrés de exámenes ,con los conocimientos que me aportaba esta otra carrera.

Tempranamente descubrí que la meta personal más importante ,era cuidar el precioso tesoro de mi salud y ayudar a mis alumnos a crear esta conciencia de equilibrio.
Para Oriente, la pérdida de la salud no se manifiesta en la enfermedad, sino en la pérdida progresiva del equilibrio interior. Su concepto de hombre sano, es mucho más vasto.

El ser humano debería vivir en armonía con los ciclos de la naturaleza, sin prisas, cuidando su alimentación física y emocional, ya que nuestras emociones son el alimento más sutil y tan dañino como el veneno o tan sanador como el mejor analgésico.

Deberíamos sentirnos unidos amorosamente a nuestros seres queridos y compañeros de estudio o trabajo ,ya que las relaciones interpersonales afectan directamente nuestro equilibrio mental y emocional .Teniendo al cuerpo y a la mente despojado de tensiones innecesarias, podremos acceder a nuestro mundo interior , nuestro ser más profundo , el que no envejece con nuestro cuerpo, ni siente sufrimiento, el que nos acepta tal cual somos y siempre perdona nuestros errores y los de los demás, el que trasciende el mundo material y vence a la muerte.

La búsqueda de la salud en Oriente nos lleva de la mano de nuestro cuerpo, emociones y mente, para experimentar el encuentro profundo con tu espíritu.

Anímate a encontrarte.A veces, es tan sólo cuestión de segundos, otras el duro proceso de una enfermedad, o el camino de la fe. Sin embargo es algo tan humano ,que todos debemos intentarlo alguna vez, para saborear la paz.

Adriana Paoletta

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