El médano
Cuando miro hacia adentro,
puedo rozar las partes disueltas de cada emoción,
las cadenas que he roto y las que aun me sujetan.
Es posible que nunca acabe de mirarme por completo,
ni de entender profundamente el sentido de cada hecho.
Es como la arena de un médano, en el que viví muchos años.
Atravesando a pie bajo el sol, en soledad ,
a veces de la mano, arrastrando con fuerza contra el viento,
un cochecito que cargaba a mis hijos,
en la bravura de una tormenta de arena.
A veces creo que el milagro de sentir y VER ,
es algo que nos hermana con el entendimiento profundo.
Sin embargo tantas otras creo,
que ese médano es infranqueable.
Nuestra sed no puede saciarse sólo sintiendo, pensando o juzgando.
Quiero alcanzar la cima de ese médano,
en el que una vez viví,
para poder mirar la libertad del mar, hermanada en mi horizonte.
Adriana Paoletta
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