Escuchar, es dar.
"Se nos han dado dos orejas , pero sólo una boca para que podamos oír más y hablar menos". Zenon de Elea
Cuando escucho al otro ,desde mi ser abierto, puedo permitirme, alojarlo en un espacio neutral, en el que la voz del otro, resuene como un eco, en su propia caverna interna.
Brindar la confianza necesaria, para que el vínculo se abra, a dimensiones cada más profundas.Respetar los tiempos y las zonas ,que quiera explorar, aquel que busca ,no es tarea sencilla.
Somos buscadores ,que sin saberlo, debemos primero procurarnos ,el alimento en vuelo , hacia el mundo exterior, para descubrir , a veces en la madurez , que el viaje más necesario , es el que nos lleva hacia la búsqueda de sentido interior, que nadie puede otorgarnos, si nuestra Voz, no habla por sí misma.
Aprender a escuchar las señales de mi propio cuerpo, los malestares de mis reacciones mecánicas, que no responden para nada ,a mi expresión vital, es un tarea que requiere de valentía, atención plena y entrega a quien, en ese momento , personifica, mi Maestro o Terapeuta Interno.
Nadie podrá hacerlo por mí. La salud es una responsabilidad interna y comunitaria ,en la que todos escuchamos ,para dar lo mejor de nosotros.
Esa escucha empieza en mis padres ,hermanos abuelos y amigos,prosigue en mis maestros , terapeutas, médicos, sacerdotes y guías, que asumen temporariamente ,la proyección de mis preguntas, deseos y sueños.Pero ellos ,son tan sólo ,el espejismo en el que el yo , busca mágicamente el conocimiento, la sanación, el consuelo o alivio de parte de su dolor.
La segunda fase , realmente liberadora, de mi propia Voz y de mi propia escucha interior, comienza en la meditación. Una manera madura de hacer frente a lo que eres ,más allá de tus personajes. Y en el silencio más puro y liberador, hallar la escucha verdadera , la calma y el entendimiento compasivo de tu Ser.
Adriana Paoletta
Clases de Meditación para todos: consultas@taitoku.com.ar
Comentarios