Las nuevas maneras de aprender. Hacia una Nueva Educación.

La antigua forma de enseñar es aburrida;
la nueva se basa en que los chicos aprendan solos.
Marc Prensky
Eduard Punset:
Eres famoso por muchas cosas pero una que la gente no ha olvidado es que dijiste que los ordenadores y los videojuegos no son tan malos como dicen, como parecen. ¿Por qué no le explicas a nuestra audiencia por qué? Pues estoy seguro de que muchos tienen sentimientos negativos en relación con los ordenadores y los videojuegos.
Marc Prensky:
Bueno, el problema es que la mayoría de la gente que piensa así no es aficionada a los videojuegos, por lo que no tienen ningún conocimiento directo, simplemente escuchan lo que dice la prensa.
Eduard Punset:
Es cierto.
Marc Prensky:
Y la prensa ha sido nefasta porque, ¿qué hace la prensa? Pues insisten en todo lo malo posible
y montan una gran historia de por qué es malo, por qué esta persona se ha quedado como hipnotizada o lo que sea. No escriben sobre lo bueno. Así que la opinión pública tiene una idea totalmente opuesta a lo que es. Creen que los peligros son grandes y los beneficios, escasos. Pero en realidad, los beneficios son muchos y los peligros son escasos, reales, pero
escasos.
Eduard Punset:
Y ¿cuáles son esos beneficios? Quiero decir, si reflexionamos sobre ello, ¿son mejores médicos, mejores soldados, son mejores...? Me refiero a los que han practicado con los videojuegos.
Marc Prensky:
Son todas esas cosas. Y lo interesante es que los que ahora tienen unos treinta o cuarenta años y que crecieron jugando con videojuegos parece que son mejores médicos, sobre todo aquellos médicos que operan por cirugía laparoscópica. Hay estudios de investigación que lo demuestran científicamente. Son mejores músicos, mejores constructores de montañas rusas -porque son literalmente constructores de montañas rusas-, mejores hombres de negocios,
mejores empresarios; y la razón es que los videojuegos te enseñan a asumir riesgos. Aprendes a actuar a partir de un feedback. Aprendes a tomar buenas decisiones. Este tipo de cosas que luego transmitimos a todas nuestras profesiones.
Eduard Punset:
Los que juegan con ordenadores y videojuegos parecen taciturnos, parecen reservados... Me
preguntaba si, de alguna forma, podemos aprender a conocerlos mejor. Dicho de otro modo, si podemos utilizar los ordenadores y los videojuegos para relacionarnos mejor con ellos.
Marc Prensky:
Es algo que durante mucho tiempo no hemos hecho. Creo que fue una oportunidad perdida, siempre lo he pensado: conseguir que los padres y sus hijos jugaran al mismo juego, cada uno con distintas habilidades adaptadas a su edad. Empezamos un poco con la Wii.
Nintendo sacaron la Wii y diseñaron deliberadamente un juego al que pudieran jugar juntos
abuelos, padres e hijos. Y pienso que tienes toda la razón, es lo que debería pasar.
Eduard Punset:
Es fantástico. Escucha, hay una cosa que… Lo que tú llamas los “nativos digitales”…
Marc Prensky:
Los nativos digitales y los inmigrantes digitales, sí.
Eduard Punset:
Quiere decir, que nacieron con los videojuegos. Se calcula que pasan algo así como 5.000 horas leyendo a lo largo de toda su vida y quizás unas 10.000 horas jugando a videojuegos. Las cifras de nuestra generación indican precisamente lo contrario, ¿verdad?, ¿es así?, ¿tiene
esto algún significado o supone algún resultado concreto?
Marc Prensky:
Bueno, yo he hecho esos cálculos, que son aproximados, pero sí es cierto que las
consecuencias son muchas, porque leer conlleva que haya una historia, una lógica, mientras que los videojuegos nos hablan de interacción, respuestas rápidas, resolución de problemas.
Es importante que todos los padres entiendan esto. Un videojuego no es más que un gran
problema que cuesta cincuenta euros. Y a los chicos les gusta resolver esos problemas. Si lo
pensamos bien, si se tratara de problemas que les plantearan en el colegio, los padres estarían
encantados. Es posible que los niños inviertan meses o una hora en resolver el problema y cuando lo consiguen deberíamos felicitarlos ¡en lugar de decirles que dejen de jugar!
En lo que respecta a la lectura, creo que hay nuevas formas de asimilar la información.
Evidentemente, espero que algunas ideas se transmitan de generación en generación. No sé si
se guardarán siempre en libros o si se conservarán mediante garabatos, quizás se guarden en
formato video u en otros formatos aptos para recopilar historias, pero necesitamos conservar el pasado, hay muchas cosas buenas que forman parte del pasado, pero al mismo tiempo no podemos vivir en el pasado.
Eduard Punset:
¿Traduciría lo que estás diciendo si dijera que experiencias diversas comportan estructuras
cerebrales diferentes, y que la estructura cerebral de alguien que ha crecido con los videojuegos es diferente de la de alguien que no lo ha hecho?
Marc Prensky:
Bueno, sin duda es verdad lo que dices, pero lo que todavía no sabemos es cómo y qué
significa. Hasta la fecha, nuestros conocimientos sobre el cerebro son todavía muy escasos en
ese campo. Lo que sí sabemos es que,independientemente de cuáles sean, las experiencias que vivimos influyen en nuestro cerebro; así como los músicos tienen cerebelos de mayor
tamaño, si repetimos algo una y otra vez, esta repetición influirá en nuestra capacidad de
hacerlo. Los aficionados a los videojuegos suelen tener mejor visión periférica, muestran una
mayor concentración, una mayor concentración visual. Quizás tengan mayores habilidades
para la resolución de problemas, no lo sabemos.
Eduard Punset:
Es fantástico. En cualquier caso, sí sabemos (porque se han hecho estudios al respecto) que los taxistas de Londres tienen un hipocampo de mayor tamaño que cualquier ciudadano medio de la ciudad debido al esfuerzo…
Marc Prensky:
Tienen que aprenderse todo eso, sí.
Eduard Punset:
… de memoria que hacen.
Hay otra cosa que preocupa mucho a la gente, sabes, tienden a decir: “Bueno, los nativos
digitales tienen tantas pantallas -la pantalla del video, la del teléfono, la del ordenador-, que no mantienen la atención, se vuelven incapaces de concentrarse en un único problema. ¿Qué opinas de esto? ¿Por qué…?
Marc Prensky:
No creo… Pienso que se pueden dar distintas respuestas a esta pregunta. Creo que no es una
pregunta fácil. En primer lugar, lo más importante para una persona joven, igual que para una
persona mayor, todo sea dicho, es la atención. La gente lista hace lo posible para captar la atención de los demás. Invierten mucho dinero, millones de dólares en videojuegos, películas y otras muchas cosas. Así pues, la gente que presta atención a muchas cosas distintas a la vez ha aprendido a dividir su atención y por eso comentan: “Vale, no necesito centrarme únicamente en esto porque puedo hacerlo igual...”. Hemos llevado a cabo experimentos en ese
sentido. Uno famoso es aquel en el que hay unos niños que ven la televisión solos (se trata de
niños pequeños) y otros que ven la televisión pero estando delante de un videojuego. Los niños que están delante del videojuego juegan, pero tanto unos como otros saben perfectamente qué está pasando en la televisión.
Eduard Punset:
Lo que está pasando…
Marc Prensky:
Porque la mayoría de las cosas no requieren toda nuestra atención. Lo que requiere toda nuestra atención es el tiempo o las urgencias, porque se produce una gran descarga de adrenalina, y la adrenalina ¡nos exige que nos centremos! Pero, en la mayoría de los casos, la
gente lee varios libros a la vez, hace distintas cosas a la vez, piensa en varias cosas simultáneamente, quizás escucha música, puede que conduzca escuchando la radio…, muchas cosas. Nuestro cerebro es muy poderoso. Y creo que es una idea muy equivocada pensar que tenemos que centrarnos únicamente en hacer una cosa a la vez.
Eduard Punset:
Escribiste algo así en algún sitio, hablando de un estudiante que no prestaba atención y tú dijiste que no era un problema de déficit de atención sino simplemente que el estudiante no escuchaba.
Marc Prensky:
Sí.
Eduard Punset:
¿Qué querías decir?
Marc Prensky:
Quiero decir que no es que los niños no puedan prestar atención. La gente se equivoca cuando
los culpa de no ser capaces de estar atentos durante un buen rato. Lo que pasa es que los niños
deciden no prestar atención. Si reúnes a un grupo de niños que tú crees que les cuesta estar atentos en la escuela y, en cambio, los colocas delante de una película que dura tres horas pero que realmente les interesa, la mirarán y estarán atentos durante tres horas, o ante un videojuego o cualquier otra cosa que les resulte atractiva. Pero les cuesta estar atentos cuando se trata de aprender a la vieja usanza.
Eduard Punset:
Marc, una última pregunta que me encantaría que me contestaras: ¿cómo es que…?, o mejor dicho, ¿por qué los niños pasan tantas horas con los videojuegos, jugando con el ordenador? ¿Es porque obtienen algo a cambio? ¿Están inmersos en el flujo, como dicen algunos amigos míos que son psicólogos? ¿Es porque les gusta la interacción social? ¿Por qué es lo que más
les gusta?
Marc Prensky:
Bueno, pues porque es la época en la que viven. Un amigo mío solía decir: “Tienes que vivir
tu tiempo.” Y vivimos en una era de pantallas. Hoy en día, muchas de las cosas que les interesan suceden en pantallas, grandes o pequeñas, lo que sea. No siempre va a ser así: tenemos los hologramas y otras muchas cosas. Hubo un tiempo en que la gente se quejaba
porque los niños se enfrascaban en los libros y no levantaban la vista: “¿Por qué se pasan el
día entre libros?”, decían. Ahora, a la gente le encantaría volver a esa época. Yo creo que es normal porque es donde radica la acción. Es ahí donde están sucediendo las cosas interesantes: en nuestros días, ocurren en pantallas de todos los tamaños, por eso pienso que es normal que los niños miren a su alrededor y vean qué hay de interesante: “Soy un niño, soy nuevo en este mundo, ¿qué hay de interesante por ahí? Ah, mira, aquella pantalla, no,
allá…”. Los bebés lo saben porque es ahí donde focalizan su atención. Así son las cosas y me
parece sumamente interesante.

Programa Redes. Eduard Punset.

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