Aprender a vivir en la fragilidad.
Vivir es dar un paso , sin saber muy bien qué ocurrirá. Esa espontánea manera de movernos en el mundo ,nos lleva a experimentar, las tramas infinitas de una vida que jamás terminamos de recorrer.
Ayer me preguntaban mis alumnos, cómo se siente la realidad interior, cuando respiramos, cuando sentimos nuestra propia energía, en ese mundo sutil del cuerpo. Les explicaba que la realidad es una , pero a los fines didácticos, a veces , debemos separla, disgregarla, para así , entenderla. Como si crecieramos en capas, si no tememos a la profundidad, el fondo de esa trama, se nos revelará, para que podamos degustar, la realidad tal cual es.
Sin embargo, muchas veces la realidad duele y contrae a nuestro yo ,que no desea sufrir, entregarse, rendirse , a lo que no puede controlar. Y allí encerrados, en esa visión estrecha, nos perdemos, lo que realmente es, detrás de nuestra máscara de pseudo - control. Es allí ,cuando nos equivocamos y rotulamos experiencia, para intententar manejarla, dominarla. Pero lo cierto es, que lo esencial de esa realidad, se ha escapado y nos hemos perdido, en un juego defensivo, para no estar totalmente ahí, para lo que la Realidad nos demande.
La aceptación es el primer paso , que debemos dar, para caminar hacia una vida plena y espiritual. Sin embargo ,éste, es un paso tan duro y de tal madurez, que por ello, la verdadera espiritualidad , es difícil de transitar. Depende de esa apertura del corazón y de la mente, para abrirse al momento presente en toda su magnitud, su simpleza, su dolor, su alegría, su atardecer.
Si me abro a lo que es, seguramente, sentiré el dolor, no solamente el mío, sino el todos los seres que me rodean; con tal profundidad, que seguramente ,querré escapar. Pero justamente allí ,cuando quieras escapar, estará la llave, hacia el entendimiento de tu propio sufrimiento y el sufrimiento de todos los seres sensibles, que te acompañan. Allí nace la compasión, que luego se transforma en amor, en perdón , para saber entender nuestra fragilidad, nuestra ira por aquello que tememos, pero también el despertar a la belleza que se desprende, cuando vivimos intensamente.
Vivamos, no temiendo el sufrimiento. Aprendamos a revelar el significado de esta vida frágil y bella, de la mano...Abramos la puerta al amor, que ahora nos salva.
A esta bella familia,que está atravesando esta dura prueba de enfermedad y sanación y a todas las familias del mundo que sufren la fragilidad .
Con amor
Adriana
Comentarios
Es cierto, la vida es bella. Adriana, gracias a vos, a toda tu familia,tambiên a la mîa y a todos.SOMOS UNO.
Un beso enorme y lo mejor para cada uno, Susana
abrazos de luz