Meditación , la psicoterapia que mas crece

Hace varias décadas que la Meditación ha sido tomada como técnica terapéutica para abordar los estadios más profundos de la conciencia. Cabe recordar que si bien hoy en día los estudios científicos se vuelcan hacia la meditación Vipassana del Budismo, que ha abierto las puertas de monasterios para estudiar el comportamiento de la mente en estadios profundos de meditación, es el hinduísmo , y una de sus darshanas , el Yoga, la madre de las técnicas meditativas
( plasmadas en textos védicos , en las Upanishads y en Bhagavad Gita-II y III milenio a.C).

Hacia el I milenio a.C nacen en el s. VI dos movimientos heterodoxos, el budismo y el jainismo, que toman y aceptan las técnicas yóguicas. Buda fue un yogui aplicado con intensidad a la absorción meditativa y su noble"Octuple sendero" es una de las primeras sistematizaciones integrales del Yoga.

Hoy el Yoga como en la antigüedad, ha sido adoptado por distintas sectores y movimientos, que tienen concepciones filosóficas y a veces opuestas. Su gran atractivo se basa en su vasta investigación en técnicas que potencian los más elevados estados del ser humano. De ahí su aplicación en el presente, en diversas ciencias.

Adriana Paoletta


Una técnica en auge se convierte en la más popular en los Estados Unidos. Aunque todavía faltan evidencias sólidas sobre su utilidad, entre los profesionales hay cada vez un mayor interés en ella.

El paciente estaba sentado, con los ojos cerrados, sumergido en el ritmo de su respiración; después de un rato, notó que estaba pensando en la relación problemática que tenía con su padre. "Estuve allí, presente con el dolor", acotó, al terminar su sesión de meditación. El terapeuta explicó: "Eso fue la aceptación, el dejar ser, sin tratar de cambiar nada".

Este ejercicio, centrado en la conciencia y en la revisión de emociones, se ha convertido en la técnica psicoterapéutica más popular de la última década. La meditación consciente tiene sus orígenes en las enseñanzas del siglo V a.C. del príncipe indio Siddhartha Gautama, más tarde conocido como Buda.

Durante años, los psicoterapeutas trabajaron aliviando el sufrimiento de las personas y reencuadrando el contenido de los pensamientos del paciente, alterando directamente su comportamiento o ayudándolo a entender los orígenes subconscientes de su desesperanza y su ansiedad. La meditación consciente puede ayudarlos en un nivel al que las palabras no pueden llegar.

Hay quienes sostienen que el arribo de Buda a la psicoterapia es una señal de apertura cultural, una forma de acceder a una curación más profunda. Sin embargo, la evidencia de que la meditación consciente ayuda a mejorar síntomas psiquiátricos es muy poca y, en algunos casos, hay estudios que sostienen que no mejora, sino que empeora.

"Creo en la posibilidad de que esta meditación sirva y que debe ser estudiada -sostiene Scott Lilienfeld, psicólogo y profesor de la Universidad de Emory-. Lo que me preocupa es la publicidad que la rodea: eso de cambiar el mundo, la tendencia que se da en el campo de las psicoterapias a cultivar gurúes."

La meditación llegó a la psicoterapia desde la medicina universitaria. En los 70, un graduado de biología molecular, Jon Kabat-Zinn, adaptó una versión de las prácticas de meditación que podía aprenderse y estudiarse fácilmente.

En la meditación trascendental, los practicantes intentan trascender o "perderse" a sí mismos. El objetivo de la meditación consciente es otro: impulsar la conciencia de cada sensación tal como se desarrolla en el instante.

Kabat-Zinn le enseñó su práctica a personas que sufrían dolor crónico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts. En los 80 publicó una serie de estudios que mostraban que un curso de dos horas por semana, durante ocho semanas, reducía el dolor crónico con más eficacia que el tratamiento convencional.

Se corrió la voz discretamente, al comienzo. "Creo que en ese entonces otros investigadores tenían que ser muy cuidadosos acerca de esto, porque no querían ser tomados como excéntricos New Age", dijo Kabat-Zinn.

Marsha Linehan, psicóloga de la Universidad de Washington que trataba a pacientes muy problemáticos con historiales de suicidio, fue una de las pioneras. "Las terapias conductistas sólo los empeoraban -dijo-. Con los problemas realmente graves, se necesita otra cosa, algo que permita a las personas tolerar estas emociones tan fuertes."

En los 90, Linehan publicó estudios que probaban que una terapia que incorporaba la conciencia del budismo zen -la "aceptación radical"- disminuía significativamente el riesgo de hospitalización y suicidio en pacientes de alto riesgo.

En 2000, un grupo de investigadores del Consejo de Investigaciones Médicas, de Inglaterra publicó un estudio que demostró que ocho sesiones semanales de meditación consciente disminuían a la mitad las recaídas en personas con tres o más episodios de depresión.

La meditación consciente es fácil de describir: siéntese en una posición cómoda, con los ojos cerrados, preferentemente con la espalda derecha y sin respaldo. Relájese y tome nota de sus sensaciones, estados de ánimo y sonidos. Repare en ellos, pero sin juzgarlos. Deje que su mente se aquiete al ritmo de su respiración. Si vaga, redirija su atención a la respiración. Manténgase así por lo menos diez minutos.

Después de dominar el control de la atención, dicen algunos terapeutas, una persona puede enfrentar mentalmente ideas problemáticas o amenazantes, y aprender a soportar la ira o la tristeza, y dejarlas pasar, sin tratar de cambiar los sentimientos, algo que frecuentemente complica más las cosas.

Sin embargo, los científicos subrayan que los estudios sobre la meditación consciente están en su infancia. Un amplio trabajo publicado el año pasado halló que las investigaciones son todavía muy preliminares como para sacar conclusiones.

La pregunta, según Linda Barnes, profesora de la Universidad de Boston, es si esta clase de meditación se convertirá en una técnica terapéutica valiosa o si terminará siendo otro cliché de autoayuda. "La respuesta es afirmativa en ambos casos", opina.

Fuente: Artículo de Benedict Carey publicado originalmente en inglés en el The New York Times del martes 27 de mayo, traducido por nuestro compañero Dokushô Villalba y publicado en el blog Planeta Conciencia. Claves para el despertar global.


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Comentarios

Nelson ha dicho que…
Muy Bueno tu Blog amiga, te felicito por tu iniciativa, excelente realmente.

Exitos y un abrazo desde Venezuela
Alfredo ha dicho que…
Hola Adriana:
Visitándote otra vez y otra vez me encuentro este exelente artículo que coincide con uno de mis temas de intéres, ya que también estoy haciendo una investigación de textos que relacionan la psicoterapia con la meditación

Saludos
Alfredo
Unknown ha dicho que…
Ay la ciencia, Adriana!
¿Hasta qué punto no está influenciada por los propios prejucios personales y las creencias?
Qué miedo a lo que nos puede cambiar lo que ya conocemos y lo que nos puede hacer traicionar a nuestra doctrina que nos dice que por esa osadía arderemos en el fuego eterno. jajajaj

En fin... Hay que reconocer que todo lleva su proceso. Pero la mejor manera de comprobarlo es probarlo uno mismo. Por mucho que te cuenten, cuando hablamos de experiencias, se puede cosntatar por los resultados en otros, pero no es lo mismo.

Un besillo.

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