¿Cómo será tu próxima experiencia espiritual?



Desde hace 20 años investigo la emergencia espiritual dentro del marco del misticismo cristiano y dentro del Yoga en particular. No podría hablar de ello sin haber saboreado de muy joven el éxtasis espiritual que llevó a mi mente a expandir sus límites hasta disolverse en la conciencia divina. A través de sucesivas y cada más refinadas experiencias guío a mis alumnos hacia esta nueva y liberadora manera de ver la realidad. El camino puede ser muy abrupto, a veces el despertar nos sorprende revelándonos nuevos aspectos de nosotros mismos y permitiendo dar un salto en la conducta hacia una identidad más integrada y amorosa. El Yoga es una tecnología diseñada para alcanzar un identidad unificada, sin el uso de drogas, métodos extremos o vías peligrosas que atenten contra nuestra salud física, familiar y cultural. El enfoque que brindo es el de la disciplina y la entrega hacia el espacio ilimitado de nuestro ser, en relación a nuestro compromiso aún más exigente, el mundo y los seres que nos rodean. La espiritualidad es AMOR y ACCION hacia el BIEN común. Yo no estaré bien hasta que tu estés bien.

Adriana Paoletta

¿Por qué casi todos los locos tienen experiencias misticas? Esta era una de las preguntas que se hacía Stanislav Grof allá por los años 60. Grof (el llamado padre de la Psicología Transpersonal) constataba, una y otra vez en sus investigaciones, que casi todos los pacientes psiquiatricos que trataba, hablaban de vivencias internas que podríamos denominar espirituales.

Coincidencias llamativas:
¿Qué es lo que hacía que estas experiencias fueran tan sorprendentemente similares en todos los sujetos? y ¿qué ocurriría en la mente de una persona "normal" si se le alterase el estado de conciencia?, ¿tendría las mismas visiones y sensaciones que los pacientes psiquiatricos?, ¿cuál sería el común denominador o nexo entre experiencias?

Stanislav Grof, y otros psiquiatras de los años 50 y 60, utilizaron, bajo riguroso control científico, sustancias psicodélicas o alucinógenas que producían, frecuentemente, estados místicos y religiosos muy profundos, tanto en pacientes psiquiatricos como en individuos "normales". Estos estados tenían que ver con "estados alterados de conciencia" (hoy en día denominados desde la Psicología Transpersonal "estados diferenciados", por considerarlos diferentes a los 3 estados de conciencia, conocidos como habituales: vigilia, sueño REM y sueño profundo, pero no alterados y por lo tanto no patológicos, ya que no eran acompañados por la angustia y el sufrimiento sino por el extasis y el gozo infinito). Ya decía William James que "nuestra conciencia normal de vigilia, no es más que un tipo especial de conciencia, en tanto que alrededor de ella y separada por los más ligeros velos, se extienden formas de conciencia totalmente diferentes".


Un nuevo objeto de estudio

Es así como surge el estudio de "la conciencia", de la que podriamos decir que es un sentimiento de identidad (Ken Wilber) y una certeza de saber. Pero de saber ¿qué? "Saber" las respuestas a las preguntas que el ser humano se ha hecho desde su existencia en este planeta: ¿quién soy?, ¿de donde vengo?, ¿a donde voy? y ¿para qué estoy aquí?. Además, el saber de la conciencia, es un saber profundo, más allá del simple conocimiento. Es un saber experimental y equilibrado, que no discute ni duda y que se aleja de toda elucubración intelectual y de todo sufrimiento, aportando la definitiva paz de espíritu. Ciertos psicólogos llamarían a esto, "sublimación como escape del dolor". Este comentario estaría demostrando la ignorancia de la naturaleza de la conciencia. La llamada sublimación, equivaldría al entendimiento (unión de la comprensión intelectual más la intuición) y por lo tanto a la aceptación de la situación de dolor y no a su evitación. En el saber de la conciencia el dolor es humano y natural y no así el sufrimiento. Este se elije, consciente o inconscientemente, como una carga negativa que se añade al propio dolor. Como decía la periodista Lucia Argós en la sección de Sociedad de EL PAIS del Domingo 6 de Diciembre de 1999, "un sabio profesor de instituto inculcaba a sus alumnos la idea de que el sufrimiento es inmoral".

Evolución personal, conciencia y espiritualidad

Toda persona que se encuentre en un proceso de conocimiento de sí misma (bien a través de terapias, cursos o de la vida) estará utilizando su conciencia. Igualmente, toda persona consciente estará interesándose por su desarrollo personal (como ser humano en relación a la tierra y sus semejantes y como ser humano en relación al cosmos o, lo que podríamos llamar, a la existencia). Vemos, así, que la conciencia está ligada a la evolución (no es desdeñable el estudio etimológico de la palabra, pues "ciencia" sería: sabiduría y "con": acompañar).

Una vez que podemos entender esta unión indivisible desde la experiencia, nos damos cuenta de que la conciencia es la energía y la evolución es la forma en que esa energía se manifiesta. La espiritualidad sería por lo tanto el proceso de ir tomando conciencia de nuestra propia evolución. En ese proceso lo que aparece son diferentes formas y niveles de crecimiento. Podríamos llamarlos gradientes, a la espera de no caer en el hábito negativo de la comparación de que un nivel sea más importante que el otro, sino en el sentido de la asimilación funcional Piagetiana (adquisición, cada vez más ampliada, de nuevas estrategias práctico-intelectuales en los seres humanos, desde su nacimiento hasta su madurez). ¿Por qué vamos a pararnos al llegar al desarrollo mental adulto, conocido hasta ahora?

Estos "gradientes" han sido observados por los estudiosos de la conciencia, desde la Psicología Transpersonal (en la que la espiritualidad es aceptada como una dimensión más en el ser humano y llamada también la Psicología de la Conciencia). Son diversos "síntomas", características o fenómenos comunes, que aparecen de manera repetitiva y sistemática en cada experiencia transpersonal (contacto con el SER, más allá de la careta o máscara).

La conciencia, en sí misma, es dificil de definir, ya que no es medible ni observable. Esto aleja a los psicólogos y psiquiatras "científicos" de su investigación. Hoy en día hay muchos aún que siguen defendiendo que la conciencia no es más que otra forma de decir "la mente" y la llaman "constructo" u otra serie de palabras de jerga psicológica o epistemológica. Otros, afortunadamente, saben que es mucho más que eso y se dedican a estudiar sus efectos y/o manifestaciones.

¿Qué es una emergencia espiritual?: Uno de los aspectos fundamentales en los que la Psicología Transpersonal profundiza es en el campo de las emergencias psico-espirituales, entendidas como crisis de transformación personal. De ahí que en psicoterapia transpersonal se conozca muy bien y se trabaje con ese poder trascendente de las crisis. Las emergencias psico-espirituales son experiencias críticas en la vida de una persona que llegan a transformarla en su totalidad.

Su manifestación es a través de un estado no ordinario de conciencia, implicando fuertes emociones, visiones, cambios sensoriales, pensamientos extraños y también manifestaciones físicas. Estos episodios giran en torno a temas espirituales (como decíamos al principio), secuencias de muerte y renacimiento psicológico, sensaciones de unidad con el universo, encuentro con seres mitológicos, etc. Muchas de estas experiencias, no se ha detectado que sean producto de una enfermedad cerebral, sino que revelan unas capacidades fuera de lo normal de la psique humana, así como aspectos de la realidad habitualmente ocultos a nuestra conciencia.

¿Cómo se manifiestan las emergencias espirituales?

Las emergencias espirituales se presentan de forma espontánea. Su desencadenante suele ser un trauma físico o psicológico y se pueden manifestar de distintas formas. Stanislav Grof las clasifica, según el tipo de experiencias:

Reacciones físicas y emocionales, referidas a los puntos de energía localizados en el cuerpo descritos por las culturas orientales (chackras).

· Manifestaciones similares a una enfermedad, de aparentes rasgos psicóticos (esquizofrenia, epilepsia, histeria) en los que la persona realiza un "viaje por distintas dimensiones, tanto inferiores como superiores" -sin necesidad, incluso, de ingerir sustancias alucinógenas- que le conduce, una vez pasada la crisis, a un mayor nivel de conciencia y de integración social.
· Proceso de renovación psicológica, relacionado con el proceso de individuación descrito por Jung.
· Despertar de la percepción extrasensorial.
· Recuerdos de vivencias pasadas conectados con la creencia en la reencarnación, dando lugar a la convicción de revivir situaciones de épocas pasadas.
· Estados de posesión en los que el cuerpo y la mente, se ven invadidos por "una energía ajena, maligna y amenazante".
· Experiencia cumbre (Maslow). Se asemeja a la experiencia extática de unión con lo divino y estados de plenitud física y psíquica.
· Experiencias cercanas a la muerte.
· Experiencias de encuentros con ovnis. Un tipo de experiencia que puede conducir a una crisis de carácterpsico-espiritual.

Es importante destacar que todas estas experiencias, en ausencia de una patología confirmada por un diagnóstico médico, entrañan un gran potencial curativo y evolutivo, una vez superadas y debidamente integradas. Aunque alguna de ellas tienen unas manifestaciones muy similares, no deben confundirse con crisis psicóticas, ni tratarse con excesiva medicación represiva, ya que si no, la persona perderá la "oportunidad" de entender su especial proceso de crecimiento y tendrá que volver a empezar.

En este sentido el DSM IV (libro de clasificaciones diagnósticas) contempla ya una nueva categoría diagnóstica, clasificada como "crisis psico-reliogiosas o espirituales", que no se consideran patológicas. Este hecho es ya un avance considerable, aunque aún la psiquiatría tradicional catalogue las "emergencias psico-espirituales" como fenómenos patológicos, es decir enfermedad o locura.

¿Qué es lo que suele desencadenar una emergencia espiritual?
Suelen generarse a partir de situaciones traumáticas, ya sean físicas o psicológicas: cualquier situación que debilite nuestras defensas. En lo físico. Un accidente, una enfermedad, una operación, una situación de estrés máximo o agotamiento físico, a veces un parto, un aborto, etc.. En lo psicológico: La pérdida de un ser querido, el final de una relación importante, un fracaso profesional o financiero grave. Y a veces, pueden unirse ambas cosas.

Tomado y modificado por Raquel Torrent de Françoise de Tenerife.
Raquel Torrent
Fuente: www.raqueltorrent.es

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Qué bueno poder darnos cuenta q estos dolores del alma son para crecer y q son necesarios para q DESPERTEMOOOOOS!!!. Besos. Gracias por tanta BONDAD. Gra de B.Bca

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