Meditación masiva en Palermo.


Hoy es un domingo brillante, de cielo azul, sin una sola nube. Hace tiempo que mis paseos de domingo son al aire libre junto a mi familia. Tengo la necesidad de cargarme de prana, esa energía invisible que absorbemos del sol, del aire, de los alimentos y de las relaciones humanas.

Caminar por el pasto fresco y verde después de días de lluvia ha dejado el aire limpio y vibrante de energía. Mi marido y mis hijos siguen mis pasos... cerca del planetario cientos de personas meditan en silencio, bajo el cielo transparente y perfumado de primavera. Esa calidez silenciosa al sentarnos y sentir la fuerza de varias almas reunidas en silencio, es una pulsación segura que contiene el canto de los pájaros, las semillas en la tierra, el juego de los chicos entre los lagos. Simplemente sentarnos. Y el infinito a nuestro lado , me devuelve la presencia de una señora canosa en su silla, con su rostro encendido de sol, un chico con anteojos verdes y cabello rubio ensoñado en su viaje, amigas compinches, parejas de la mano, mis hijos trepados a los árboles con sus amigos del alma y ese inmenso e inabarcable AQUI me permite predecir que mañana es primavera.

Si, necesito cada día más simpleza y más vida interior. Nuestro logro es este instante limpio y felíz ya que al estar sentada en la tierra, la grieta debajo de mi mano, trajo a mi compañera,LA ETERNIDAD.

Un abrazo de luz
Adriana

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