Diez minutos de meditación diaria pueden cambiarte la vida
-Desde su nuevo disco promueven los valores de vivir el mantra, un término sánscrito que significa protección de la mente. ¿Podemos aprender a proteger nuestra mente con la música de los Monjes Budistas?
-Primero tenemos que entender qué es la mente, algo que nosotros asociamos al espíritu, no al cerebro. Cuando hablamos de mantra decimos que es una frase mística que significa protección de la mente y que pone en marcha una cantidad de energías que abren determinados universos para la persona que los está recitando. Con esto sería suficiente, pero como nuestra mente está muchas veces dispersa, necesita un soporte, que en este caso es música que te relaja, con un mantra que te aporte esta energía. El resultado es un conjunto beneficioso para la persona que lo está escuchando.
-¿Adaptar la música a las necesidades energéticas y terapéuticas del mantra ha sido el proceso más laborioso a la hora de elaborar este disco?
-El mantra es algo que nosotros practicamos a diario y sólo lo hacemos en el monasterio. Así que una de las condiciones que le pusimos a la compañía es que los mantras se recitasen en nuestro monasterio para que pudieran llevar toda la carga energética pertinente. Una vez registrados estos mantras, se los llevaron al estudio para ponerle música y cuando nos lo volvieron a mostrar, hicimos los cambios que consideramos oportunos para realizar esa adecuación que comentas.
-Y el resultado es…
-Muchos más mantras, con fuerza y poder, y con una música más elaborada que la que había en nuestro primer disco.
-Y eso que el resultado de la primera experiencia resultó un éxito. Creo que recibieron algunos mensajes desde varios puntos del planeta…
-¿Algunos? Muchos, millones. Este ha sido uno de los problemas…
-¿Problema? Explíquese…
-El primer disco generó todo un movimiento mediático que nos ha encontradp un poco desprevenidos. Hemos tenido que introducir muchísimos cambios como páginas web, oficina de prensa, agencias de comunicación, software nuevo, atención a la gente…
-Vaya, que el monasterio Sakya Tashi Ling llegó a saturarse…
-Literalmente. Han aumentado muchísimo las visitas, no sólo en número, sino en exigencia. Personas que llaman con enfermedades mentales, psiquiatras que nos envían a gente para que aprendan meditación…
-¿Con todo este ajetreo sigue haciendo audiencias privadas?
-Sí, por supuesto. Recibo gente todas las tardes, gente que está enferma, empresarios que están en un momento crítico y quieren mi opinión o practicantes budistas de todas partes.
-Más allá de la solicitud de ayuda, ¿se han encontrado con gente que busca aprender la práctica del mantra a consecuencia de esta corriente mediática budista que se ha generado?
-Sin transmisión, en budismo no se puede hacer nada. Pero sí que puede servir como principio para empezar a tirar. Intentamos introducir el mantra en lugares que no se conoce para que la gente se interese. Que la gente sepa que es una vía más a la que acogerse para empezar un cambio. Primero pueden venir a hacer un curso de iniciación de un día y luego llevarse las herramientas a casa para poder practicarlo. Con diez minutos de meditación diaria puede cambiarte la vida. Escuchar mantra te puede aportar beneficios como la relajación o la tranquilidad. Es por eso que hay muchas personas que se ponen el disco en el coche para relajarse o en casa, porque introduce energía positiva. Si luego cada uno tira de este hilo y se involucra con ello, puedes llegar a hacer ese cambio en tu vida.
-¿Cuando cambió la suya?
-A mí me cambió la vida después de contraer una enfermedad tras un viaje a la India. Abandoné todos los negocios que tenía, la carrera de medicina, y empecé a buscar que es lo que me pasaba.
-¿Qué le pasaba?
-Tenía fuertes dolores de cabeza y me mareaba, incluso había llegado a desmayarme en alguna ocasión.
-¿Y nadie sabía el porqué?
-En un principio no. Más tarde contacté con una persona que me orientó, me habló de energías y me expuso una serie de cosas que son las que me llevaron hasta el budismo.
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