Los pilares de la Meditación

Trataremos que una visión sistémica acerca del aprendizaje de la meditación sea útil para la comprensión del proceso que iniciamos, de forma tal de no confundirnos ni alimentar fantasías sobre lo que tiene que ocurrir. Juzgar y valorar nuestra experiencia en la meditación en función de una idea (casi siempre errónea) sobre lo que debe o no debe ocurrir a lo largo del camino espiritual suele llevarnos hacia metas inciertas que nos encaminen hacia la lucha y el desconsuelo, generando de este modo, confusión y sufrimiento en lugar de inspiración y energía.la experiencia directa es la única guía válida que puede orientar nuestra práctica. Nuestra vida está fundamentalmente compuesta por seis tipos de experiencias:

  • Imágenes
  • Sonidos
  • Sabores
  • Olores
  • Sensaciones corporales
  • Eventos mentales


Es decir que el mundo en el que estamos inmersos no es más que una combinación de imágenes, sonidos, olores, texturas, pensamientos y sentimientos que se hayan continuamente en cambio.

En la medida en que experimentemos y tomemos conciencia de las sensaciones que nos proporciona estos seis tipos de experiencias, nuestra comprensión de lo que el budismo llama las tres características básicas de todo fenómeno creado se profundizará. Estas características son:

  • La Impermanencia
  • El Sufrimiento
  • La ausencia de identidad del Ego

La práctica consiste en profundizar continuamente nuestra sensación personal e inmediata de estas tres características fundamentales, esa experimentación continua y consciente nos permitirá construir un marco de referencia duradero y poderoso. Ya que en el blog hemos publicado un post sobre la impermanencia, comenzaremos a describir esta primera característica para la práctica de la meditación.

La impermanencia


En el Mahabharata se dice que la cosa más sorprendente del mundo es que los seres humanos puedan darse cuenta de la enfermedad, la vejez y la muerte de sus semejantes creyendo a su vez que eso nunca le ocurrirá a ellos.

Prestemos atención a la impermanencia en este mismo instante.Aparece un sonido y luego desaparece, surge un pensamiento y se desvanece reemplazándolo otro que también se desvanece. las imágenes, los sabores las texturas, etc. son impermanentes, fugaces, efímeras.


¿ Dónde fue a parar el día de nuestra graduación, nuestra infancia, la muerte de nuestros padres?. Todo se nos escapa de entre las manos. En realidad si queremos comprender la muerte basta con prestar atención al momento presente ya que morimos y nacemos continuamente. Vivir plenamente es morir a la fugacidad de cada instante para renacer nuevamente al instante siguiente. Nuestro error fundamental es creer en la solidez y la seguridad de las cosas. De este modo creamos una ilusión mental de estabilidad . la experiencia pura de nuestra vida, su materia prima, las imágenes , los sonido etc,están continuamente en proceso de cambio . ¿Dónde existe algo sólido y permanente?. Lo tenemso a la vista. No podemos detener los cambios de nuestro cuerpo (envejecimiento, enfermedad)ni tampoco el curso de nuestra mente.

Es fácil escuchar a un anciano quejarse por la rapidez con la que pasa la vida, es esa frustración de no poder detener los cambios lo que hace a que los seres humanos se sientan traicionados por el desarrollo de su vida. Pero existe una alternativa.


En lugar de seguir negando el flujo del cambio podemos renunciar al intento de crear "cosas" sólidas, relaciones sólidas y un mundo sólido al que aferrarnos y entregarnos a lo que la vida nos presenta instante tras instante, es decir ,a la "sabiduría de la inseguridad", una actitud que no se resiste a la desaparición de las cosas.

El desarrollo de la práctica de la meditación profundiza la visión de la impermanencia . La observación nos permite darnos cuenta que nuestras opiniones, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras sensaciones hacia las cosas y las personas cambian constantemente.

Profundizando la atención y la concentración examinaremos más detalladamente nuestro interior .la atención focalizada sobre el momento presente disuelve la aparente solidez de nuestra vida en una rápida sucesión de sensaciones y percepciones.


De este modo tenemos la visión de una serie de imágenes que aparecen y desaparecen, una visión similar a la que tiene lugar cuando tomamos conciencia de al aparente continuidad de una película viendo que está compuesta en realidad de una multitud de imágenes que se suceden formando un contínuo.La concentración puede llevarnos a instante mismo del impacto sensorial y ayudarnos a reconocer nuestra reacción, es decir separar fotograma por fotograma.

En este nivel de práctica sentiremos una sensación inigualable de liberación, ya que todo se disuelve en momentos microscópicos , gránulos de vida que aparecen y desaparecen de continuo y en donde nosotros mismos como observadores nos disolvemos.

Basado en las enseñanzas de Jack Kornfield



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Comentarios

Sr. Sanz ha dicho que…
Wow, realmente me encanta este post
Pedro Estudillo ha dicho que…
Ya lo decía el poeta: Ved de cuan poco valor son las cosas tras que andamos y corremos, que en este mundo traidor, aún primero que muramos las perdemos...

La comprensión de lo efímero y el desapego son las más altas enseñanzas a las que debemos aspirar.

Un beso.
Saherjang, me alegra de corazón!!!
Un abrazo siempre luminoso
Adri
Gracias Pedro por tu mirada tan sabia y segura, llena de poesía y bella aspiración, la de trascender este mundo traidor...
Un abrazo siempre fresco
Adriana

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