Cómo medir tu energía
En las culturas de China, India o Japón ha sido generalmente aceptado que el ser humano es un ser con tres cuerpos:el físico,el energético y el espiritual.
En las últimas décadas este puinto de vista ha ido cobrando ímpetu en las investigaciones de la ciencia occidental ya que la energía juega un papel muy importante en el funcionamiento y en la salud del ser humano.
Algunos resultados científicos:
• En el inicio del siglo 20 se descubrió que los órganos emiten campos bioeléctricos (que son diferentes a los pulsos bioeléctricos de los nervios) que se pueden medir en la piel. Esto llevó al desarrollo de aparatos técnicos como el electrocardiograma (corazón) o el electroencefalograma (ondas cerebrales).
• Después se encontró que donde fluye electricidad también hay campos magnéticos y se desarrolló el aparato técnico de magneto cardiograma y el magneto encefalograma. Hoy en dìa es muy común diagnosticar enfermedades en los tejidos por la medición de la emisión magnética (resonancia biomagnética).
• Con mucho éxito se usan en la medicina occidental aparatos que emiten pulsaciones electromagnéticas para sanar tejidos y huesos.
• Por el desarrollo del SQUID (ingl: superconducting quantum interference device) se desarrolló un aparato que puede detectar emisiones magnéticas de muy baja intensidad. Encontraron que para la sanación son más útiles y potentes las emisiones de baja intensidad que las de la alta intensidad. Las manos de sanadores, por ejemplo quienes utilizan Reiki, emiten estas pulsaciones electromagnéticas entre 0,3 y 30 (hasta más) hercio, o sea de baja intensidad; aparte de las emisiones infrarrojo, emitidos por las manos al mismo tiempo, que también son muy saludables. (Un hercio es la frecuencia de una partícula u onda en un período de un segundo.)
• Se encontró que cada célula de un cierto órgano tiene en su estado natural de salud el mismo rango de frecuencias de vibración. A través de una “ventana biológica” emiten y captan solamente estas frecuencias del estado natural de salud. Por ejemplo, para una célula de los nervios la frecuencia de 2 hercio lleva a un estado de salud; huesos 7 hercio, tendones 10 hercio, la piel 15, 20 y 72 hercio, cerebro 6-20 hercio. Así trabajan los aparatos de biorresonancia que emiten solamente ciertas frecuencias para poder alcanzar células, meridianos o chacras en específico. También las técnicas de sanación como Reiki trabajan con estas frecuencias. Las frecuencias individuales de un órgano tienen dos funciones: Las células pueden autorregularse entre si mismas y se pueden diferenciarse de otros órganos. Se supone que esta frecuencia individual ayuda a los genes de activar solamente las partes necesarias para este órgano en particular.
• También se ha podido medir puntos particulares en la superficie de la piel (resistencia eléctrica) donde hay más actividad eléctrica que en la cercanía de estos puntos. Estos puntos son reconocidos y utilizados por la acupuntura y la digitopuntura, conocido como puntos de un meridiano (canal de energía) perteneciendo a un cierto órgano. Al mismo tiempo se ha podido demostrar que el potencial eléctrico de estos puntos ha cambiado cuando el órgano relacionado con este meridiano y sus puntos especiales está enfermo, o sea desbalanceado. A base de esto se ha desarrollado el aparato de electropuntura.
• En la atmósfera de la tierra existe una vibración cuya promedio es de 7,8 hercio (la resonancia de Schuman), la misma frecuencia que tiene el cerebro en un estado relajado de atención y concentración, igual lo que emiten las manos de sanadores (aunque estas manos emiten en el rango de 0,3 y 30 (hasta más) hercio, se mantiene más tiempo por esta frecuencia de 7,8 hercio). Estamos conectados y sincronizados con la energía de la tierra.
• Se ha cambiado el punto de vista sobre la unidad del cuerpo. Ya no son órganos separados de los otros órganos, sino a través de los tejidos conjuntivos, cada célula esta en contacto con las demás células, no importa que tan lejos se encuentran. Cada movimiento corporal y cada vibración se comunica en todo el cuerpo. Por ejemplo, en todas las partes del cuerpo existen células que emiten pulsos bioeléctricos cuando se alargan o son comprimidos creando secuencias particulares de campos bioeléctricos (efecto piezoeléctrico). El cuerpo es un entramado complejo que sirve para la comunicación interna, es decir que existe una comuinicación entrre todas las partes.
El liquido (agua) de los espacios intercelulares transporta y guarda vibraciones energéticas que también juegan un papel importante en la comunicación interna.
• Hay una comunicación electromagnética entre moléculas y sus receptores en la superficie de las paredes celulares antes del contacto físico. De esta forma las moléculas de hormonas encuentran sus receptores respectivos; no hacen el contacto por pura casualidad como se creía antes. La importancia y la efectividad de la comunicación a través de ondas electromagnéticas pueden explicar el funcionamiento de la homeopatía o de Flores de Bach que solamente emiten informaciones electromagnéticas parar ponernos en un estado más equilibrado, incluyendo emociones, pensamientos y actitudes.
•La comunicación dentro del cuerpo:
Esta comunicación ya no es solamente a través de los nervios y hormonas sino también a través de emisiones de luz (biofotones) y otros campos electromagnéticos. Así se logra explicar la rapidez de la comunicación intracorporal, incluyendo a las emociones y a los pensamientos y sus influencias a nivel corporal.
• Emociones y pensamientos también crean campos electromagnéticos que influyen en el estado corporal. Por ejemplo, es medible el cambio de la frecuencia del corazón en dependencia del estado emocional. Las células de todo el cuerpo reciben estas emisiones electromagnéticas del corazón y así todo el cuerpo sufre o disfruta estados emocionales.
• Electrones, protones y neutrones que forman el átomo se mueven constantemente creando una danza de vibración electromagnética. Cada átomo tiene una vibración particular que es medible. Lógicamente, también las moléculas formadas por átomos vibran de un cierto modo. En fin, el ser humano es un ser de vibración dinámica.
Fuente: “Energy Medicine. The Scientific Bases” de James L. Oschman, 2000.
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